¿Quiénes somos?
El Concilio Vaticano II pidió una renovación de la predicación y de la Catequesis, más centrada en el misterio pascual y en la obra redentora de Jesucristo. Seis años después de finalizado el Concilio, en 1971, la Congregación para el Clero, de la cual dependía la Catequesis, dio a la luz el DIRECTORIO CATEQUISTICO GENERAL en el cual se dan todas las indicaciones doctrinales y prácticas para la comprensión, el desarrollo y la organización de la Catequesis a nivel diocesano y parroquial. Este directorio fue revisado por la misma Congregación en 1996 y publicó el DIRECTORIO GENERAL PARA LA CATEQUESIS donde encontramos todas las indicaciones para llevar la catequesis a nivel diocesano y parroquial.
La Comisión Diocesana, a la luz del Directorio General, organiza, orienta y anima las catequesis desde la Curia episcopal, reuniendo a los agentes de esta pastoral y colaborando con los párrocos en la formación de los catequistas.

Reseña histórica de nuestra Comisión
En nuestra Diócesis, en los años que siguieron al Concilio, la catequesis era responsabilidad directa de cada parroquia y consistía fundamentalmente en la preparación para los sacramentos y las clases de religión en las escuelas y colegios tanto oficiales como privados, que era prácticamente la única forma de catequesis hasta bien entrada la década de los años ochenta.

En 1980, con la entrada en vigor del Proyecto Diocesano de Ministerios Laicales se comenzó un programa de Catequesis de adultos en orden a formar los ministros laicos y se organizó con este fin una Comisión diocesana que se encargaba de esta nueva modalidad de Catequesis y de la organización y formación de los ministerios laicales. Esta responsabilidad se confió a la comunidad de las Misioneras Franciscanas de María Inmaculada, quienes también asumieron la Catequesis a nivel Diocesano.

En 1984 la anterior comisión se dedicó por completo al nuevo Proyecto de Pequeñas Comunidades Eclesiales Diocesanas que sustituyó, incluyéndolo, al de Ministerios Laicales y se organizó una nueva Comisión Diocesana para la Catequesis en general y la Clase de Religión en las escuelas y Colegios. Esta Comisión estuvo a cargo de las hermanas vicentinas hasta 1992. Las hermanas vicentinas, además de la formación de los profesores de Religión organizaron a los catequistas de primera Comunión y de Confirmación y elaboraron una cartilla de once temas para preparar a la Confirmación adoptando también una cartilla reconocida a nivel nacional como cartilla oficial en la Diócesis para preparar a la Primera Comunión.
Para entonces, tanto en las parroquias como en los colegios los catequistas eran jóvenes de décimo y undécimo grado que se beneficiaban de las horas de servicio social dando catequesis a los niños y preparándolos para los sacramentos.

Entre tanto el señor Obispo envió un sacerdote y una laica a especializarse en Roma en Catequesis, convencido de que de la calidad de la catequesis depende la calidad de la vida cristiana de los fieles. Cuando regresaron, en 1992, el Obispo organizó una Oficina Diocesana de Catequesis a cargo de la señorita Martha Ramírez y con la ayuda del padre José Clavijo.
La nueva comisión comenzó a reunir a los catequistas de todas las parroquias, organizó encuentros y convivencias para darle una identidad diocesana a la catequesis a la luz del nuevo DIRECTORIO GENERAL PARA LA CATEQUESIS y fue sustituyendo a los catequistas bachilleres por catequistas adultos en su gran mayoría miembros de las Pequeñas Comunidades Eclesiales Diocesanas y de otras realidades eclesiales como la Legión de María, lo que le dio una mayor estabilidad y seriedad al proceso formativo de los catequistas y de los catequizandos.

En el año 2004, el señor Obispo sustituyó la antigua Oficina Diocesana de Catequesis por una Delegación Episcopal de Catequesis a cuyo frente puso al P. José Clavijo. La Comisión se amplió con nuevos miembros de distintas realidades eclesiales y con la colaboración de un grupo de seminaristas.

Desde 1992 hasta ahora la Delegación de Catequesis reúne dos veces al año a los catequistas para brindarles formación específica ya que la formación básica la reciben en sus propias realidades eclesiales y se ha dedicado a la elaboración e implementación de materiales comunes para cada uno de los procesos pre sacramentales incluida una guía para preparar a los mayores de ocho años que se encuentran sin bautismo.

Objetivos

•Ayudar a la conversión pastoral de párrocos y estructuras parroquiales, de modo que, se abandone definitivamente la idea de catequesis como preparación a éste o aquel sacramento y se la organice como proceso de formación permanente en el seno de la familia y en la parroquia, con momentos de una mayor intensidad, sellados con la celebración de los sacramentos. De esta manera, la Catequesis se convierte en escuela permanente de formación de niños y jóvenes que conduce a unos y otros a ambientes formativos juveniles y de adultos.

•Así concebida, la catequesis recibe a los niños que, en el seno de la familia y de la parroquia, vienen formándose en los programas de pastoral infantil (Catecismo familiar, monaguillos, Infancia Misionera), intensifica con ellos los momentos sacramentales y los acompaña en su inserción a los programas con adolescentes, jóvenes o adultos (pastoral Pre juvenil, monaguillos, pastoral juvenil, ambientes comunitarios de formación de adultos)

•Brindar a la catequesis y a los catequistas una mayor identidad con el plan global diocesano, de manera que la catequesis, la formación de los laicos y especialmente de los catequistas adquieran cada vez más un estilo de preparación para ser y vivir cristianamente la vida y no únicamente como un requisito para prepararse durante “equis” tiempo a un sacramento que luego se abandona.

•Abrir espacios de colaboración con otras formas de pastoral infantil, de modo que se puedan desarrollar programas conjuntos, especialmente en la pastoral infantil, en la catequesis familiar y en la catequesis desescolarizada.

•Propiciar cada vez con un mayor índice, la inserción, a partir de la catequesis de iniciación cristiana vista como un todo y no como momentos separados, de los niños y adolescentes a la pastoral prejuvenil, al grupo de monaguillos o al seminario ambiental, e incluso a la pastoral juvenil en el caso de grupos de jóvenes que se preparan para los sacramentos.

•Evitar, por parte de las parroquias las preparaciones a la carrera por complacer a familias amigas, convirtiendo lo excepcional y desaconsejable en lo normal y desgastando a los catequistas en lo que precisamente no deberían hacer, en detrimento de lo que sí deberían hacer.

Tareas de la Comisión Diocesana de Catequesis
•Orientar a los párrocos o a quienes ellos deleguen para la formación de los catequistas y ofrecerles materiales y guías adecuados para este fin, de acuerdo con las metas del Plan Global Diocesano. La formación de los catequistas a nivel básico sigue siendo responsabilidad directa de los párrocos.

•Elaborar, diagramar y publicar cartillas y guías para preparar a cada uno de los sacramentos: Bautismo de menores de ocho años, bautismo de mayores, confirmación de niños y de jóvenes, primera comunión, guías para la catequesis familiar.

•Colaborar con las comisiones de Pequeñas Comunidades, de Pastoral Infantil, de Pastoral juvenil, de Liturgia, de Pastoral familiar y otras en lo que tiene que ver con la formación y la catequesis a distintos niveles.

•Reunir anualmente a los distintos grupos de catequistas para ofrecerles cursos de formación específica.

•Elaborar Materiales auxiliares para la formación didáctica y metodológica de los Catequistas e inducir a su lectura y estudio.
Algunos de los materiales anunciados se pueden consultar y/o bajar del CENTRO DOCUMENTAL, sección de esta misma página.