A las 9:00 a.m. en punto, desde la chimenea de la Capilla Sixtina se ha observado la salida de la fumata negra, un indicativo claro de que los cardenales aún no han alcanzado un consenso para la elección del nuevo Pontífice. Esta señal, emitida tras la primera votación del cónclave, confirma que el proceso de discernimiento continúa y que los cardenales se mantienen en oración y deliberación para definir al próximo líder de la Iglesia Católica.

La fumata negra, compuesta por la quema de papeletas de la votación junto con productos químicos que generan el característico humo oscuro, es un símbolo tradicional que comunica al mundo la falta de acuerdo entre los purpurados. Hasta que se alcance un consenso de al menos dos tercios, la fumata negra seguirá siendo la señal visible desde el techo de la Capilla Sixtina.
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La atención del mundo permanece centrada en el Vaticano, a la espera de la esperada fumata blanca, que anunciará la elección del nuevo Papa. Mientras tanto, los cardenales continúan el proceso de discernimiento y reflexión, buscando al sucesor adecuado que guiará a la Iglesia en los próximos años.