Diócesis de Valledupar celebró la Jornada Mundial de las Comunicaciones con periodistas de la ciudad.
Con la celebración de la memoria litúrgica de San Francisco de Sales, se llevó acabo la realización de la 57ª Jornada de las Comunicaciones Sociales que tiene como lema “Hablar con el corazón, en la verdad y en el amor (Ef 4,15)”.
En esta versión de la jornada, se contó con la participación de varios periodistas de la ciudad de Valledupar y directores de medios de comunicación, quienes realizaron un análisis al mensaje anual que envía el papa Francisco para toda la comunidad y lograr promover una comunicación asertiva y no temer en al diálogo abierto que favorezca a un desarme integral.
El papa Francisco ha insistido, desde todos los ámbitos comunicacionales, a ejercer esa profesión como una misión para así “construir un futuro más Justo, más fraterno y humano”.
Desde el Vaticano se ha manifestado que el tema de esta jornada tiene una continuidad con el del año 2022 que tuvo como tema a tratar “Escuchar con el oído del corazón” y se acopla a todo el camino Sinodal que celebra la iglesia en el mes de octubre del presente año.
Se celebró una Eucaristía presidida por Monseñor Óscar José acompañado del Pbro Nolberto Mogollon, encargado de la Pastoral de las comunicaciones y el Pbro Miguel Avila, párroco de la iglesia Santa María del Camino y director de la emisora El Esplendor de la Verdad.
“Hoy celebrando la fiesta del patrono de los comunicadores, invitamos especialmente a unir esas dos grandes características que tuvo San Francisco de sales que fue la verdad y el amor, la verdad sin amor se vuelve intolerancia y puede terminar haciendo daño” manifestó Monseñor Óscar Jose Vélez Isaza, obispo de la Diócesis de Valledupar.
El sumo pontífice, en su mensaje anual, insta a tener una comunicación cordial que capte principalmente nuestra participación en las alegrías y los miedos o en las esperanzas y los sufrimientos; también se busca mantener una comunicación de corazón a corazón directamente, buscando el bien común para compartirlo con todos los demás hablando de cierta manera desde nuestra realidad en todo el proceso sinodal, ejerciendo así una comunicación no hostil desarmando los ánimos promoviendo un lenguaje de paz.