Seminario Laical Diocesano
Cuando llegas al Seminario Laical
Diocesano, te encuentras con una pequeña comunidad eclesial con un
estilo laical, que quiere conectar una experiencia comunitaria exigente
con la Tradición viva de la Iglesia. Se trata de una comunidad joven,
nacida de la experiencia fundamentada en querer vivir una experiencia
real de unidad.
HISTORIA Y ORÍGENES DE LA COMUNIDAD
El
S.L.D. es una expresión del Seminario del Pueblo de Dios, Comunidad que
nació en España en la ciudad de Barcelona concretamente, en el año
1969. En sus inicios fue fundada por Francesc Casanovas junto a otros
jóvenes que quisieron vivir el Ideal de la Unidad y hacer vida el
mandamiento nuevo de Jesús: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis
los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis vosotros
los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos”
(Jn 13,34-35). Ellos tenían presente que este ideal de vida no era sólo
para vivirlo ellos, sino para transmitirlo a toda la Iglesia Universal.
El
Seminario Laical Diocesano (SLD), empezó sus primeros pasos en al año
1997, como un servicio de la comunidad “Seminario Pueblo de Dios” (SPD),
para facilitar un proceso de formación integral a un grupo de jóvenes
que deseaban dar continuidad a la comunión vivida en una convivencia de
animadores de comunidades juveniles. Desde el primer momento se vivió
esta experiencia como un regalo para la Diócesis. El entusiasmo fue
creciendo no solo en el grupo inicial, sino que también varios adultos
fueron integrándose a la naciente comunidad bajo la guía y el espíritu
del Seminario del Pueblo de Dios. Los miembros del SPD son los
formadores del SLD, puesto que su misión específica es: “Ofrecer a todos
una Escuela Permanente de Formación para el cultivo de la vocación
cristiana en el seno de la pastoral de conjunto de la Iglesia diocesana
señalada por el Ordinario del lugar”.
¿QUÉ ES EL SEMINARIO LAICAL DIOCESANO?
Para profundizar en esta Escuela vamos a tomar nuestra identidad y la vamos a explicar detalladamente.
SEMINARIO:
Así como existen seminarios para sacerdotes, el SLD es un semina¬rio
para formar laicos. Nuestra Escuela es un seminario, un lugar de
investigación, reflexión y profundización sobre la Fe cristiana, para
conocer la intención de Dios en todos los aspectos de la vida: En todas
nuestras relaciones, en la relación hombre-mujer, en la educación de los
hijos, en los estudios, en el trabajo, etc.
¿Quien es el maestro?:
Jesús en medio nuestro: “Porque donde están dos o más reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18,20). La escuela de
formación es que vivamos con Jesús en medio nuestro. “Esta es la
expresión más normal y cotidiana de la vida de la Iglesia” (Francesc
Casanovas, El Paso, pág. 67)
¿Quiénes son los alumnos?: Adolescentes,
jóvenes y adultos que hemos respondido con un sí al llamado que Dios
nos ha hecho, a través de esta Comunidad, a vivir con su presencia las
veinticuatro horas del día.
¿A qué hemos venido a esta Escuela?:
*Para
aprender a vivir la vocación única de los bautizados, La unidad; porque
el día que fuimos bautizados recibimos el privilegio de ser hijos de
Dios y como hijos tenemos un llamado a vivir la misma vida de Dios:
“Para que todos sean uno. Como tu, Padre, en mí y yo en ti, para que
sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tu me has enviado…” (Jn
17,21) . Se trata de asimilar que nuestra vocación es al Amor.
*
Aprendemos también a ponerlo todo en común, sabiendo que todo lo que
recibimos de Dios no es para quedárselo uno mismo, sino para
compartirlo: tanto cosas espirituales como materiales.
* Aprendemos a
abrazar la cruz de cada día, a vivir de una manera nueva la experiencia
de dolor que nos toca todos los días. Si antes lo rechazábamos y
sufríamos en vano ahora sabemos, que en cada dolor podemos acoger a
Jesús y resucitar con él.
* En conclusión aprendemos un nuevo estilo
de vida, a través de un cambio de mentalidad, que se concreta en las
experiencias pequeñas de cada día tales como servir a los demás con
alegría, tener en cuenta los detalles que hacen feliz al otro, pedir
perdón, etc.
LAICAL: la palabra laico viene de la palabra Laos, que
quiere decir pueblo. Nosotros somos una escuela de hombres y mujeres que
sabiendo que somos “Pueblo de Dios” queremos vivir el Evangelio en toda
su radicalidad.
Vivir con radicalidad quiere decir que cuando nos
dice: “Déjalo todo y sígueme”, si realmente queremos, seguir éstas
palabras nos comprometen, de tal manera que ese sí debilucho que dijimos
un día, tiene que ir afianzándose en los pequeños detalles de cada día.
Nosotros,
hombres y mujeres seguidores de Jesús, unidos al Obispo, formamos el
cuerpo de la Iglesia, unidos a Cristo que es nuestra cabeza.
Según el
Concilio Vaticano II los laicos tenemos la misión de consagrarle el
mundo a Dios, haciendo presente a Jesús en todas las realidades.
DIOCESANO:
La Diócesis es la comunidad de fieles que unidos al obispo del lugar
hacen presente a la Iglesia Universal. Como Comunidad estamos llamados a
transmitir a la Iglesia Universal, concretándolo en la diócesis, este
ideal de la unidad hecho vida, que es el verdadero rostro de la Iglesia.
La Iglesia es nuestra familia y tenemos que amarla apasionadamente.
¿Cuál es la finalidad específica del SLD?
El
Seminario Laical Diocesano quiere ayudar a todos a tomar conciencia de
las exigencias bautismales, de modo que, partiendo de la pobreza
evangélica, podamos vivir aquella unidad que Jesús pide al Padre: «Que
todos sean uno […] para que el mundo crea» (Jn 17, 21). Así, echando
raíces en la experiencia de la comunión fraterna cada uno puede
concretar su vocación específica, siendo Iglesia reunida en torno al
Obispo diocesano como presencia de Jesús Pastor en la comunidad
cristiana. De esta manera intentamos presentar a la diócesis personas
maduras en la fe, que sean, dondequiera que realicen su misión,
promotores de comunión eclesial.
Desde las primeras etapas de la
formación, cada uno, según sus posibilidades, realiza una tarea
apostólica en la diócesis, remarcando el espíritu de sencillez y
anonimato.
¿Quiénes son los formadores?
La
pedagogía está a cargo del Seminario del Pueblo de Dios, en colaboración
con otras personas e instituciones de la diócesis. Ahora bien, más que
las personas, el auténtico Maestro es Jesús en medio de nuestra pequeña
comunidad. Lo importante es la creación de un ambiente de amor y
sabiduría donde Jesús pueda formar a sus seguidores. La tarea formativa
nace de la conciencia eclesial, con el pacto de amor mutuo que queremos
renovar cada día.
¿Qué condiciones se requieren para participar del SLD?
Haber
comprendido y querer vivir la pobreza que Jesús nos pide en el
Evangelio para poder seguirle, pues sin esta disponibilidad la persona
sería como un pedazo de barro duro que no se deja moldear por el
alfarero. Se trata de una experiencia liberadora: ponerse en manos de
Dios en la comunidad de fe. Esta vivencia unifica la persona, porque es
un camino hacia Dios, que es el único que puede saciar nuestro corazón.
Lo
único necesario es esta apertura de corazón que nos hace desprendernos
de nuestras miserias para acoger la herencia que el Padre nos tiene
reservada.
La comunión de bienes entre los creyentes es hoy una experiencia evangélica posible y muy necesaria.
¿Cuál es el proceso educativo que se sigue?
Al
que pide iniciar su formación el SLD, se le explica cual es la
matricula de esta escuela. Esto se lleva a cabo mediante una entrevista
personal con uno de los formadores.
Los que están de acuerdo en vivir
estas condiciones inician su formación en una etapa previa a la Escuela
propiamente dicha, la cual, por este motivo, se llama Pre-escuela. Es
un momento privilegiado para asimilar en la propia vida la pobreza que
Jesús pide como condición imprescindible a quienes desean seguirle.
Luego en la Escuela hay tres etapas; Acogida, Catecumenal y Misional
Acogida:
Son aquellas personas que después de pasar un tiempo suficiente en la
Pre-escuela dan pruebas de haber asumido en su vida el espíritu de
pobreza requerido por Jesús y están abiertas a la purificación de la
comunidad para poner buenas bases a la obra que Dios quiere realizar en
ellas.
Catecumenal: Están quienes han dado continuidad a su formación
en la etapa de Acogida y desean vivir la vida unidad del evangelio al
servicio de la Iglesia Local, esta etapa es el corazón de la Escuela
donde cada uno va configurando su vida en armonía con los demás miembros
y va adquiriendo sensibilidad tanto para las cosas de Dios como para
las de la Iglesia.
Misional: Sería ya la etapa de madurez de la
Escuela, donde cada uno va encontrando su propio lugar al servicio de la
Iglesia, para edificarla en la unidad, y se prepara para hacerse
disponible a las necesidades de la Iglesia Local en diálogo con la
comunidad y con el Sr. Obispo.
Cabe destacar como de suma importancia
para la formación de los miembros del SLD la vida en común transitoria
con los formadores, especialmente en la etapa catecumenal. Las personas
casadas lo realizan mediante convivencias adaptadas a ellas.
¿Cómo se realiza la formación?
Se
trata de una escuela de vida, donde lo más importante es llevar a la
práctica los contenidos que se reciben. Por eso todos tienen, como
mínimo, una reunión semanal para poder compartir esta vida por grupos
homogéneos: muchachos, mucha-chas y casados. En estos espacios aflora la
obra que Dios va haciendo en cada uno y, al mismo tiempo, es el momento
de acoger la interpelación de los hermanos en todo aquello que no es
reflejo del amor de Dios y que hay que reorientar.
Una mañana al mes,
se imparten temas teológicos. Comenzamos con la oración de Laudes y
después una clase de Biblia, Eclesiología, Liturgia, Espiritualidad,
Historia, etc. Son asignaturas que nos ayudan a profundizar para saber
dar razón de nuestra fe y transmitirla a otras personas. En estas clases
se crea un ambiente de inves¬tigación y de diálogo que ayuda a asimilar
con mayor profundidad los temas que tratamos y se hacen trabajos
personales o en grupo.
¿Dónde está ubicado el Seminario Laical Diocesano?
En
estos momentos el Seminario Laical Diocesano se localiza en los lugares
de vida en común del los miembros del Seminario del Pueblo de Dios.
Concretamente en:
PARROQUIA MARÍA AUXILIADORA
Calle 22 A, Nº 4 H -113 (Barrio Villa Clara – Sur)
VALLEDUPAR
Tel/Fax: 572 63 67 y 582 71 47
PARROQUIA SAN PEDRO APÓSTOL
Calle 33, esquina Carrera 4 D (Barrio Los Mayales)
VALLEDUPAR