Parroquia Nuestra Señora del Rosario
Celebraciones: 29 y 30 de abril, fiesta de la Virgen del Rosario; La semanita santa, Corpus Cristi, San Antonio de Padua, Fiesta Naval (Primer domingo de Octubre) y Navidad.
Definición: Es una parroquia viva, compuesta por diversas realidades. La gran mayoría de los fieles vienen de otros barrios.
Significado religioso: Es un sitio privilegiado por su posición geográfica. A ella concurren muchos fieles por estar en el centro.
Signos y creencias: La experiencia religiosa se centra en la Virgen del Rosario y la tradición del milagro.
Crónica de un Milagro
Dicen las crónicas que corría el año de 1576, cuando en casa del lusitano Antonio De Pereira se desarrolla una intriga sentimental de la esposa de éste. La india Francisca, bella y sensual, despierta celos en la esposa del portugués, que sospecha que entre ésta y aquel existen relaciones amorosas, no obstante ser ella casada con el indio Gregorio. Llevada de celos la dama hispana, Ana de la Peña, maltrata y azota a la india y en presencia del resto de la servidumbre le corta los cabellos, perpetrando de este modo grave ofensa y humillación a la nativa. Un indiecito Tupe de nombre Antoñuelo, burlando la vigilancia, logra escapar y acude al cacique de los tupes, Coroponiaimo, informándole de este incidente. El cacique monta en ira, comunica lo sucedido al resto de la tribu, convoca a una reunión con participación de sus aliados, entre otros cacique Coroniaimo, y allí previas deliberaciones, se toman decisiones de ataques contra la población conquistadora para vengar la ofensa.
Itotos, Cariachiles, Tupes y Chimilas adoptan la estrategia y se van al ataque. A sangre y fuego, el 27 de Abril se toman el hato de Unyaimo, dando muerte a cada uno de los moradores que desesperados y en medio del fuego salían inútilmente a defenderse pues incendiados en sus cuatros costados por una lluvia de flechas resulta vana la lucha por salvarse y perecen irremediablemente.
Librada la batalla, corajuda y triunfante, avanzan los indios guerreros al Valle de Upar, rodean por todos sus lados el templo de Santo Domingo y penetran a las casas de sus alrededores. Como era costumbre siempre que combatían, incendiaban todo y sin distingo de edad y sexo sacrificaron a los españoles que encontraron, sobre pasando el medio centenar.
Según refiere la leyenda, en el momento de la tropelía surge de entre el humo y las llamas la figura deslumbrante y de tierno mirar la Virgen del Rosario que recoge en su manto las flechas encendidas del indio, evitando de ese modo la destrucción del templo y mayores proporciones de la mortandad. Ante el prodigio de esta aparición, los indígenas huyen despavoridos buscando refugiarse en sus demonios; pero, no es fácil ni tranquila su fuga porque el europeo ha reaccionado violento, furibundo y belicoso e inicia una persecución de exterminio bajo el mando del capitán Antonio Suárez De Flórez, manco y valiente conductor de la guardia española.
Mientras los indios libraban la batalla de a pie, los españoles la emprendieron contra ellos debidamente montados a caballo. Esto permitió que remontando las sabanas de Sicarare o de Milagro les dieron alcance en la laguna del mismo nombre.
Como los indios sabían que de llegar los soldados a este punto estarían agotados y vencidos por la sed, procedieron a envenenar las aguas de la laguna Kaney con barbasco, el cual les produciría intoxicación inmediata y perdida de toda fuerza. En esas condiciones, fácil les seria al nativo dar muerte y vencer a sus perseguidores. Pero, ¿Qué ocurrió? ¡He aquí lo inesperado! Nuevamente aparece la imagen milagrosa, la misma que surgió en el templo, que ya los indios conocían, y con báculo en su mano, uno por uno, iba tocando a los envenenados y uno por uno volvían a la vida. Se había operado el gran milagro. Los indios, sobrecogidos de emoción, temor y espanto, rindieron homenaje de adoración a quien llamaron Guaricha o “Mujer de Milagro”.
Culmina este episodio el 30 de Abril con la muerte de los caciques Coroniaimo y Coroponiaimo vencido por la guardia española comandada por Antonio Suárez De Flórez y Alonso Rodríguez De Calleja.
La anterior crónica pone de presente cómo la Virgen María interviene de manera milagrosa en el contexto de la evangelización de las tierras del Cesar. Ella es la estrella de la evangelización que hace posible que el evangelio se constituya en vínculo de paz y fraternidad entre los indios y los españoles.
Congregación de la Virgen del Rosario
Con el propósito de mantener vivo este hecho milagroso que de generación en generación se ha venido transmitiendo y celebrando, y en razón de que los cristianos tienen derecho a constituir, por acuerdo privado entre ellos, asociaciones para los fieles (c. 298,1), se creó en Valledupar Nuestra Señora del Rosario, como asociación cristianas de fieles laicos con el respectivo reconocimiento de la autoridad eclesiástica competente (c. 299,3).
Hoy a la luz del derecho eclesiástico que regula la conformación y actividades de estas organizaciones de fieles (c. 298-329), y en razón de las líneas pastorales de la Diócesis, conviene establecer el ordenamiento jurídico interno de la congregación de la Virgen del Rosario. En efecto, “son estatus en sentido propio, las normas que, conforme al derecho, se dan para determinados conjuntos jurídicos de personas o de cosas y por los que se determinan el fin, constitución, régimen y modos de actuar de los mismos” (c. 94,1).
En tal sentido la congregación de la Virgen del Rosario está conformada y regida por unos estatutos debidamente reconocidos por la autoridad eclesiástica competente. Ellos son el punto obligado y único de referencia para la vida y crecimiento de la congregación (c. 304).
Reseña histórica
Sobre la existencia del convento Santo Domingo en Valledupar, Fray Alonso de Zamora en sus crónicas “Historia de la provincia de San Antonio”, nos relata que, con la llegada del presbítero Fray Diego Xavier y uno de sus compañeros, tuvo principio la fundación del Convento del Valle de Upar. El, Fray Luis Vero, establece su residencia en esta ciudad llamada de los Reyes e inicia la predicación a los nativos de todo el Valle hasta Ocaña.
Los habitantes españoles les manifestaron la necesidad de fundar un convento aportando los pesos en oro necesarios para su construcción. La licencia fue otorgada por el obispo Don Fray Juan de los Barrios, la que envió con el título de Prior, al presbítero Fray Luis Vero, para que con el presbítero Fray Pedro de Palencia, iniciara la fundación del convento, del cual tomaron posesión en 1563.
“Por la devoción que tuvo siempre a Nuestra Señora del Rosario el padre Fray Pedro de Palencia, su fundador, había hecho traer de España su imagen que se venera en aquella ciudad por sus grandes milagros y singular hermosura…” (13).
Agrega, además, que los religiosos que le siguieron fabricaron otra iglesia y convento con mejor disposición que el antiguo. En las instalaciones del Convento funcionó el Colegio de Primeras Letras del método Lancasteriano el cual inició labores con 177 niños de diversas edades. Creado mediante decreto de 17 de mayo de 1824 por el General Francisco de Paula Santander. Funcionó hasta el año de 1848.
En el aspecto arquitectónico, el antiguo Convento de Santo Domingo presentó un emplazamiento del campanario hacia el sur. El templo con naves zonificadas en la esquina nororiental donde se encontraban las entradas laterales. Hacia occidente estaba la sacristía. La cubierta del templo un entramado de madera y cañabrava era en dos aguas, en tejas de barro cocido, tipo español. Sin embargo, la pesantez gravitacional del techo, en forma permanente y la insuficiente resistencia del material para soportar las cargas, lo deterioraron, generando en parte su derrumbe, lo cual urgía cambios necesarios para su conservación y estabilidad.
Lamentablemente no hubo una concepción y estudio con el propósito de restaurar esa reliquia de corte y estilo colonial español, a fin de que las nuevas generaciones conocieran construcciones que exigían laboriosidad, esfuerzo y sacrificios de parte de los indígenas y obreros mestizos para materializar esa composición de equilibrados volúmenes y bella textura y el blanquecino color mediterráneo, ideas arquitectónicas traídas por los españoles dejadas como testimonio histórico- religioso.
En este caso no hubo restauración sino una total renovación en ferro concreto de la corriente de los ingenieros modernistas, que se caracterizó por el exceso de amor a lo nuevo, aun a costa de sacrificar, en este específico caso, valores transcendentes que pertenecieron a las joyas culturales de la arquitectura colonial en Valledupar. (Tomado del libro “Valledupar entre….”) de Giomar Guerra Bonilla
Grupos Apostolicos: Catecumenado (11 comunidades), Comunidades de parejas (10 grupos) Legión de María, Cenáculos, Congregación Virgen del Rosario, Koinonias (2 comunidades), Pequeñas comunidades (3 grupos), Infancia Misionera, Canerro Corpus, Legio Mariae, Monaguillos (Sábado 8:00 a.m).
Párroco: José Enrique Muñoz Sanchez, Pbro.
Dirección: carrera 7 N° 15-26 Ciudad: Valledupar
Ubicación: VALLEDUPAR,CESAR
Teléfono: (095) 5606313
Fax: (095) 5606313
Horarios de actividades
Confesiones: Antes y después de la Eucaristía
Preparación de Padres y padrinos: Viernes 7:00 p.m.
Bautizos: Domingos 8:30 a.m.
Preparación de sacramentos: Domingo: 8:00 am
Primeras Comuniones: Preparación de febrero a Diciembre. Se lleva a cabo el ocho de Diciembre.
Confirmaciones: preparación de febrero a Diciembre. Adultos durante un mes y medio. Se llevan a cabo en fechas especiales.
Matrimonios: Todos los meses.
Laudes: 6:00 a.m.
Hora Santa: Viernes 7:00 a.m
Horario de Atención:
Lunes a Viernes: 8:30 a 11:30 a.m y 2:30 a 5:30 p.m.
Sábados: 8:30 a 11:30 a.m.
Horario de Misas
Lunes a viernes: 6:30 a.m. y 6:00 p.m.
Sábados: 6:30 a.m. y 6:00 p.m.
Domingos: 7:00 y 11:00 a.m. 5:00 y 6:20 p.m.